No importaron los casi cuarenta grados de sensación térmica, optamos por el patio sin ventilador. Porque por más que Ravello cuente con salones con aire acondicionado, su patio vale la pena. Quizás sean las plantas, tal vez los mosaicos coloridos o bien las paredes y sombrillas naranjas; lo cierto es que todo ese conjunto de elementos te envuelve en un ambiente tan agradable, que uno se olvida del pesado verano porteño.
Un postre para recomendar es la degustación de mini mousses de chocolate, limón y maracuyá. (Nótese el anaranjado de la foto. Las sombrillas lo tiñen todo de ese color).
Dónde: Ravello, Honduras 5906 (esquina Ravignani), Palermo.
Cuánto: $100 apróx. por persona.
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